lunes, 24 de septiembre de 2007

como una mujer

Hay quienes dicen que es un gesto tierno la entrega de una flor a una dama, y no hay quien pueda discutirlo, porque además de tierno a través de ellas logras decir cosas que a través de palabras todavía no conseguimos decirlas.
Yo soy de los que creen que las flores fueron echas para nivelar la hermosura y perfección de la mujer, como el jazmín con ese perfume tan único, parecido al de ella cuando se produce para uno, pero al mismo tiempo, el jazmín no tiene la presencia ni la elegancia de dicha mujer; por otro lado, la margarita es la flor que imita su sonrisa, que copia su alegría, pero su fragancia no es capas de ser comparada con ese perfume único que te queda en la manos, en la boca cada vez que la despedís.
Ósea, fueron creadas para normalizar la creación de la mujer, pero en casi todos los casos les falta algo para lograr alcanzar dicha perfección; y cuando digo “casi todos” no me equivoco, porque existe una flor que se hizo en imagen y semejanza de la mujer, y sin duda es la Rosa, reina de las flores, capas de imitar el perfume único, porque nunca te vas a confundir ese perfume con el de otra flor. Al mismo tiempo posee la elegancia que solo se ve en una mujer, porque nunca vas a ver una rosa y vas a preguntar que flor es, su presencia pone su nombre en tu boca. Y dicha elegancia, dicha hermosura y dicho perfume, provocan ante la mirada de ellas una reaccion única, distinta a la reacción que provoca una margarita (una risa), ni a la reacción que provoca el jazmín (olerlas), la rosa provoca en ellas una pequeña sonrisa tímida, una mirada enamoradiza y un sentimiento totalmente de amor.
Con esto que quiero decir, si amas a una mujer regalale un jazmín, si estas enamorado de una mujer, dale una margarita, si amas a una mujer y estas enamorado, dale un rosa, que ella se la merece…
Las flores fueron creadas para regalárselas a las mujeres, la rosa fue creada para regalársela a La mujer.

L N